Sábado, 29 Noviembre 2025 09:01

No hay misión sin los demás... ¡y sin Él!

mano"Vivir" en un Consejo Regional un compromiso de servicio a las compañeras, en una responsabilidad específica durante 3 años, la de secretaria, fue para mí un desafío extraordinario de superarme y abrirme a cada una de manera incondicional.

Con las compañeras del Consejo, tuve que trabajar en equipo. Como secretaria, me veía a mí misma como la que tenía que conectar al Consejo con cada una de los miembros de la región. Tenía una especie de entre tramado, una especie de "red", que establecer para que cada malla estuviera conectada con otra y que se establecieran comunicaciones para promover la vida entre nosotras, para vivir mejor nuestra vocación de Oblata en nuestro entorno. Al ser nuestra región bilingüe, tuve que enfrentar el desafío del idioma e improvisarme "bilingüe" (francés e inglés) para llegar a cada una. Traté de motivar a las animadoras de equipo a ser "relevos" para que las mallas de la red no se soltaran y que la información, las noticias, los anuncios de eventos, losbuenos deseos en ocasión de Fiestas, las invitaciones a encuentros, etc., llegaran a la casa de cada una, en su propio idioma, al mismo tiempo, lo antes posible. Para mí, tenía que comunicar la vida para que cada una comulgue a la vida de nuestro Instituto. Puedo decir que cuando se iluminaba la "red", todas las compañeras formaban un "lienzo" multicolor, con el color de cada una en su entorno, y se podía pensar que las Oblatas vivían nuestros valores con otras personas (¡la secularidad obliga!), implicadas en desafíos comunes.

Para mí, el desafío constante era poner la "tecnología" al servicio de la vida. En este sentido, saludo a las compañeras que también han asumido este desafío. ¡Para algunas fue casi "heroico"! Hemos tenido éxito en reuniones virtuales, con interpretación simultánea, que pasarán a la historia. ¡Bien hecho! ¡Prueba de que no hay límite de edad para nuevos aprendizajes! Gracias al Consejo y a las compañeras que confiaron en mí y me ayudaron a vivir este compromiso...

Pero esto último no podría haberse vivido sin la "complicidad" de Aquel que siempre nos da lo que necesitamos para cumplir las misiones que nos da. "Les basta mi gracia" (2 Cor 12,9), decía a menudo el padre Parent, citando a san Pablo, y esto sigue siendo cierto hoy en día. El Dios de la Vida siempre nos invita a superarnos a nosotras mismas. Para vivir la misión, creo que debemos perfeccionarnos constantemente para servir mejor. Las habilidades adquiridas a lo largo de nuestros muchos años son solo una base. Siempre existe este llamado a la perfección para ir más allá con Él y con los demás. La Alegría de descubrir un nuevo horizonte forma parte de la vida en abundancia prometida por Cristo a quienes deciden seguirLo. A veces podemos ir por el camino equivocado, pero Él siempre estará ahí para devolvernos al camino correcto y así responder mejor a la misión que nos confía. ¡A veces he experimentado mucho "estrés" debido a mi falta de fe!!! En esos momentos, me repetía a mí misma"Todo lo puedo en Aquel que me fortalece" como dijo San Pablo a los Filipenses (4:13) ¡y me atrevía lanzarme! Después, experimentaba una gran alegría: la de haberme superado a mí misma con Él...

 

GinetteFaubert, ex secretaria del Consejo y de la Región América del Norte OESTE
Noviembre 15, 2025

 

Más en esta categoría: « Peregrinas de esperanza