3. El arte de liberarse del pasado.
El pasado se acabó, no volverá. Los arrepentimientos y los errores deben desaparecer de la memoria como las hojas de otoño. Ninguna persona tiene el poder de traer de vuelta el pasado. Debemos olvidarlo, no preocuparnos por él, sino centrarnos en el momento presente que tiene el poder de repararlo o extraer de él todos sus frutos.
El "debería haberlo hecho", el "si lo hubiera sabido" están demasiado en la imaginación y la memoria. Uno debe olvidar el pasado y cuidar sus actitudes actuales, lo que no significa que uno deba rechazar la experiencia adquirida. Siempre es bueno recordar lo que ayuda a crecer, que favorece realizarse y que hace feliz.
Los recuerdos agradables son las flores del jardín interior, son la expresión del equilibrio, tienen el olor del momento presente, son el fruto de una sabiduría que purifica el juicio y promueve la serenidad.
El momento presente tiene el poder de crear una paz interior inmediata e invita a explotar todas las cosas positivas de la vida.
El perdón es el pasado adaptado al momento presente, es un pasado del que solo guardamos recuerdos constructivos.
El momento presente es el recipiente que contiene el tiempo, el pasado no debe profanarlo, el futuro no debe llenarlo de flores artificiales. Está hecho para contener paz, alegría, serenidad, bondad. El momento presente es el momento más maravilloso de su vida.
Extracto de la Collección « Los Voluntarios ». Padre Louis-Marie Parent, o.m.i.
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