2. El arte de tomar decisiones.

El hombre, sea quien sea, es un pensador, necesita objetivos precisos, planes definidos.
Sólo tiene el valor de sus elecciones, sólo tiene el juicio de sus decisiones. Es poderoso, siempre y cuando sea razonable, use sus valores personales, sepa ser él mismo, se haga cargo de sí mismo y controle la calidad de sus prioridades.

Nadie tiene el don de la ubicuidad, por lo que nadie puede estar en dos lugares diferentes al mismo tiempo.

Debemos elegir constantemente y las opciones no siempre son libres, es porque no podemos negar el poder de las sociedades sobre nosotros, estamos a merced de las corrientes de influencia.

Cada uno debe creer en la solidez de su ser, en sus inagotables recursos internos para no ser el juguete inconsciente de las presiones que los demás imponen durante todo el día.

El hombre es en sí mismo un valor inestimable. Ningún ser creado es capaz de alcanzar la sabiduría humana, el sentido de la responsabilidad, un espíritu de calma y eficiencia.

Ya sea que creamos en el Autor de la vida o no, fundamentalmente, el hombre sigue siendo un milagro, ya que no es solo una imagen de su Creador, sino también una semejanza.

Solo vales lo que eliges, donde está tu corazón, allí está tu tesoro.

Extracto de la Collección « Los Voluntarios ». Padre Louis-Marie Parent, o.m.i.