
Louise Fleury
A los 4 SENTIDOS de LAS ESCRITURAS - una parte de la emisión
Es un placer presentarles una parte de la emisión “Una puerta sobre la vida” animada por Louise Fleury, Voluntaria de Dios y agente de pastoral en la parroquia San Francisco de Assis, Drummondville.
Con generosidad, Violaine Couture acepta revelarnos este maravilloso proyecto que enciende su corazón con encuentros de intercambios bíblicos en el sitio Web “A LOS 4 SENTIDOS DE LAS ESCRITURAS”. Al alcance de todos en encuentros sencillos y profundos, llenos de sentidos por nuestro cotidiano, Violaine nos acompaña con un real carisma de animadora.
Tomen unos minutos para mirarlo... En francés únicamente
Emisión “Una puerta sobre la vida” de septiembre 2022. (Une porte sur la vie).
Nosotros TV Cogeco y la parroquia San Francisco de Asis,
Drummondville, gracias a la animadora Louise Fleury, hemos realizado esta entrevista
telévisada que presenta el enfoque utilizado por los encuentros bíblicos.
A LOS 4 SENTIDOS DE LAS ESCRITURAS. (AUX 4 SENS DES ÉCRITURES)
Doy gracias por mis 62 años de pertenencia en el Instituto secular
El Instituto es un grupo de mujeres consagradas que se comprometen a seguir a Cristo para vivir los consejos evangélicos: castidad, pobreza, obediencia y aplicar las actitudes del 5-5-5. Es una gran familia donde nos ayudamos entre nosotras a ser sal de la tierra, luz del mundo y levadura en la masa, en el corazón del mundo.
El Instituto me permitió realizarme y poner mis talentos al servicio de los otros. Estoy muy agradecida por todo lo que me aportó, que me ha permitido ser, todo lo que recibí en el punto de vista espiritual, todas la riquezas y las maravillas.Doy gracias por mis 62 años de pertenencia en el Instituto. ¡Magnificat! ¡Aleluya!
Denise Lanoix, Montreal
Foto AndPan614 de Pixabay
La espiritualidad ha dado un sentido a mi vida
Ingresé al Instituto de las OMMI a la edad de 47 años. Me sentía significativamente llamada desde hace muchos meses y las cosas cambiaron rápidamente cuando conocí el Instituto. Mi formación fue intensa, aprendí mucho sobre la Iglesia y nuestro Instituto y cómo vivir la espiritualidad que dio un sentido a mi vida.
Estoy inspirada por la vida de mis compañeras que han vivido su Consagración durante muchos más años que yo. Mi vida de cada día esta “perfumada” por la Caridad de Cristo. Los miembros de mi equipo son también mis amigas.
Amo a la Iglesia a pesar de sus imperfecciones y las críticas muy frecuentes. Las OMMI en América del Norte disminuyen pero yo sé que el Instituto seguirá prosperando en otras regiones.
Podemos estar orgullosas de nuestra historia.
Judi Mallett, Ottawa
Foto: Un perfekt de Pixabay
Adoración
Adorar a Dios para mí, es ante todo expresarle mi profundo deseo de encontrarle a través de una actitud física exterior e interior de humildad. Es una manera de vivir un mano a mano con ÉL, de entrar en relación y dialogar con el viviente que me hace conocer su amor y su grandeza Es descubrir en ÉL su magnificencia, descubrir por medio de Él, a mis hermanos y hermanas en Iglesia. Es dejarle el primer lugar y comulgar con su gran Amor.
Leamos con atención esta bella oración escrita por el Padre Louis-Marie Parent o.m.i. que nos ilustra bien el rostro de Dios que es, que era y que viene.
Louise Fleury, Voluntaria de Dios.
O Señor
Tú eres la grandeza de todo lo que es grande.
Tú eres la belleza de todo lo que es bello.
Tú eres la bondad de todo lo que es bueno.
Tú eres el mejor de todo lo que está bien.
Habitas toda verdad,
vivificas todos los seres humanos,
animas todo movimiento,
eres la energía que resiste, que activa, que dinamiza.
Delante de Ti, el sol se viste de tu luz,
la luna es deslumbrada por tu sombra,
los ríos aplauden,
las montañas saltan de alegría,
los arroyos cantan sus himnos,
las estrellas centellean como ojos sobre la faz de los cielos.
Todo es maravilloso en Ti…
Me inclino, me prosterno, adoro. Amen.
Oración: «Adoración», del libro «En intimidad con Jesús» página 180.
Padre Louis-Marie Parent, o.m.i.
Foto: Thomas de Pixabay
Es Dios
Si cada día logramos decir, y sobre todo pensar en nuestro corazón: ES DIOS, tan naturalmente como podemos decir: es un bonito día, hace sol… ¡cuántas cosas pudieran cambiar en nuestra vida!
Precisamente, me dirán ustedes, uno no dice todos los días que es un bonito día o que hace sol, sino solamente cuando verdaderamente es un bonito día o cuando hace sol…Ustedes tienen completamente razón, y es la gran diferencia que podemos observar entre Dios y la temperatura.
Dios no cambia de manera imprevisible…
Dios no es víctima de fuerzas incontrolables…
Dios es siempre el mismo, es decir, que Él siempre es Amor y es fiel…
Dios es Creador y no cesa de crear el mundo y de crearnos en cada instante…
Dios es Padre-Madre y no cesa de darnos la vida con amor…
Dios es, Dios con nosotros, desde que su Hijo vino a habitar entre nosotros y prometió estar con nosotros para siempre…
Dios es Espíritu, Amor expandido en nuestros corazones para enseñarnos a vivir y a amar como Cristo…
Entonces, cada día nuestro corazón puede decir: ES DIOS, si los ojos de nuestra fe son bastante perspicaces para saber reconocer los signos de su presencia… si los oídos de nuestro corazón son bastante atentos para reconocer su voz…
Finalmente, se trata para nosotros de aprender a vivir con Dios cada día, descubrirlo presente en lo ordinario de nuestras vidas… Es el aprendizaje de la fe… Como lo expresaba un día el Cardenal Suenens:
« Es suficiente una fe ordinaria para ver a Dios en los acontecimientos extraordinarios de la vida, pero es preciso una fe extraordinaria para aprender a ver a Dios en los acontecimientos ordinarios de cada día... »
Si nuestros ojos se ejercitan, si nuestros oídos se hacen más sensibles, llegaremos a ser capaces de ver a Dios trabajando en nuestra vida y en la vida del mundo, llegaremos a ser capaces de escucharlo y nuestro corazón será capaz de exultar con admiración y gratitud: ¡ES DIOS!
Cada día, a su manera, llegará un momento de celebración… No hay necesidad de grandes acontecimientos, no hay necesidad de soñar, no es suficiente apreciar la belleza de vivir y de amar muy sencillamente. ¡Sí, ¡sorprendernos cada mañana – y en cada instante – por estar con vida, por poder respirar y amar!
Yvon-Joseph Moreau, Abbé d’Oka
Foto: kien Virak de Pixabay
He podido realizar mi vocación misionera
El Instituto secular de las Oblatas es un medio seguro para responder al llamado del Señor por la consagración en pleno mundo.
Los encuentros diversos, en particular los del equipo, me ayudan a permanecer fiel a la misión y a la espiritualidad propia del 5-5-5.
El Instituto también me permitió realizar mi vocación misionera en un país extranjero, algo que yo quería desde siempre.
Estoy muy agradecida.
Que el Señor bendiga al Instituto y todos sus miembros.
Cécile Fortin
Montréal
Foto: Gerd Altmann de Pixabay
La riqueza de mi espiritualidad
Para mí, el Instituto es una invitación, un medio para responder a un llamado, una orientación en Iglesia. “Anda y haz así.” (San Lucas).
Su función en mi vida es darme medios, instrumentos para cumplir bien mi misión.
Lo que me permitió adaptarme a una espiritualidad, amar a la manera de una levadura, ser una presencia humilde y amante en todas las realidades de cada día, responder a los numerosos llamados con generosidad y participar en una misión común: vivir y testimoniar la Caridad de Cristo.
Estoy agradecida al Instituto por la persona que llegué a ser, por la solidaridad, la vida fraterna y las participaciones compartidas.
Suzanne R.
Gratitud por el 70mo aniversario del instituto
Celebrar los 70 años del Instituto es para mí, como festejar mi segundo nacimiento. Tal como debo a mis padres que me dieron lo mejor para mi porvenir y mi futuro: la vida, la salud, la educación familiar y cristiana; un medio acogedor, una escolaridad, el aprendizaje del trabajo, de la vida social, etc. ¡Gracias!
El Instituto también me dio la vida por las mismas razones. La debo a unas personas que se implicaron en mi formación humana y espiritual: A las animadoras que se implicaban en el acompañamiento, la escucha para el aprendizaje de nuestra espiritualidad y de la vida fraterna. Aprendí que la caridad era el tesoro más grande a recibir y a dar. He aprendido a amar. ¡Gracias!
Reconozco que las Autoridades tomaron muchas responsabilidades confiándonos misiones, compromisos en nombre del Instituto y de la Iglesia. Les debo la confianza en mí misma, en nosotras, para hacer nuestra parte en nuestro medio de vida. Estudié, viví bellas experiencias en distintos servicios y ejercí una bella profesión. Fue nutrida humana y espiritualmente y he beneficiado de los seguros de salud. ¡Gracias!
Agradezco a las compañeras de distintos equipos con quienes he experimentado lo concreto de la vida de equipo y de la caridad. Conocí momentos cálidos, agradables y fraternos. ¡Gracias!
Vivo una gratitud grande y puedo decir: “El Señor hizo en mí maravillas, santo es su Nombre”. Lo hizo maravillosamente gracias al Instituto. Y lo hace todavía. ¡Gracias!
A ti que me lees hoy, no olvides añadir tu nombre a mi lista de gratitud, a ti que me has amado, ayudado, acompañado y más aún. Me hiciste feliz y aprovecharé siempre esto. ¡Gracias!
Lina L.
Rouyen-Noranda
Los sueños de Dios Para mí
El Instituto me permitió vivir plenamente el llamado que experimenté desde mi juventud para entregar mi vida al servicio del Señor y de mis hermanos.
Gracias a la vida de equipo, aprendí a conocerme mejor y a tenerme confianza. He vivido experiencias enriquecidas las cuales me permitieron crecer humana y espiritualmente.
También realicé mi sueño misionero. Doy gracias a Dios por estos 15 bellos años vividos en Haití. Allí descubrí un pueblo alegre y resiliente a pesar de las pruebas y dificultades vividas cada día. Una vez más, la confianza en mi persona y mis posibilidades pudieron evolucionar en el seno de esta comunidad donde he tenido que tomar muchas decisiones e iniciativas.
La espiritualidad me procura el alimento cotidiano que necesito para vivir el momento presente.
Estando jubilada, aprecio formar parte de una gran familia. El teléfono está siempre a mano para comunicar con las compañeras y de una manera especial con las de mi equipo.
Gracias al Señor por este llamado y por su fidelidad hacia mi persona.
Madeleine C.
¡Tantas razones para decir gracias! – Voluntarios de Dios
Las Oblatas Misioneras, personas extraordinarias.
Esta jornada del 70mo aniversario de las Oblatas Misioneras de María Inmaculada y de los Voluntarios me aportó mucho y me hizo un bien enorme. Olvidé la pandemia. Las palabras de Mons. Laliberté y los tres bellos cantos de Violaine y Denise crearon en mí alegría y una paz interior. La comida me permitió encontrarme con personas extraordinarias, con rostros radiantes que expanden a su alrededor tanta alegría y amor.
Son verdaderamente seres que están al servicio que viven para ayudar a los demás, escucharlos y hacerlos felices. El video me informó mucho acerca del notable trabajo realizado durante todos estos años.
Gracias y felicitaciones a las organizadoras por esta jornada que dejará en nuestros corazones un recuerdo inolvidable
Denise Binette, Voluntarios de Dios, La Tuque
¡Magnificat
¡Qué bellos recuerdos vinieron a mi corazón durante este aniversario!
¡Tantas razones para decir GRACIAS! Y es con el corazón lleno de gratitud que escribo esta nota pedida por Réjeanne, la gran instigadora de mi presencia entre los Voluntarios de Dios.
Primeramente, es al Padre Parent a quien debo darle las gracias, lo vi varias veces y siempre fui edificada por su sencillez que escondía una grandeza de alma excepcional. Los cinco puntos forman parte de mi vida desde hace 35 años… y me aplico en ponerlos en acción cada día. Algunos días son más fáciles que otros ¡pero la presencia de Dios me ayuda enormemente!
Mi segundo GRACIAS es para Réjeanne Allard, esta mujer positiva y radiante que me invitó un día. Con alegría dije SÍ y le estoy muy agradecida. ¡Qué bello secreto me permitió descubrir!
GRACIAS al formidable equipo que nos permitió reunirnos en el Santuario, encontrarnos en torno a una comida permitió a nuestras mentes revitalizarse como así Violaine lo cantó tan bien «EL AMOR tiene MIL y UNA CARAS que DIOS en nosotras, a su imagen, viene a depositar como rocío, como una brisa un día de verano…»
Qué bella brisa de amor sentimos, como María, tengo ganas de cantar «¡MAGNIFICAT mi corazón exulta de gozo!»
Felicitaciones a todas ustedes por el 70mo aniversario.
Diane Pichette,
Voluntarias de Dios, La Tuque