Jueves, 11 Abril 2019 18:47

Agradecimiento

globe mainElizabeth (Betsy) Rockwood nos comparte su participación a la reunión anual de la Conferencia de los Institutos Seculares de los Estados Unidos.

Toda mi gratitud a Las Oblatas Misioneras de María Inmaculada por el privilegio de asistir a la reunión de la USCSI, del 28 al 30 de septiembre 2018.
La reunión tuvo lugar en el Franciscan Renewal Center a Scottsdale, Arizona donde fuimos acogidos con atención. El alojamiento era apropiado y decorado para la ocasión. El R.P. Ralph B. O´Donnell, director ejecutivo de la Oficina del Clero, de la vida consagrada y de las vocaciones de la Conferencia Católica de los Obispos de los Estados Unidos nos encantó con sus
excepcionales presentaciones.

Personalmente, encontré que era estimulante compartir experiencias con personas de distintas
regiones del país. Todos tenemos la misma preocupación por envejecimiento de nuestros miembros, dándonos cuenta de la disminución en las nuevas vocaciones. Para mí, descubrí que era un problema mundial en la Iglesia Católica. El Padre O´Donnell preveía salir poco tiempo después para un encuentro en Roma sobre el tema de las vocaciones.

El «Panel de jóvenes», puso el énfasis sobre «las fuerzas y los atributos del carisma de los
institutos para acompañar a los jóvenes en su camino hacia la fe y el discernimiento». Hubo
tres presentaciones de diferentes institutos seculares sobre el tema. Yo fui una de las que hablaron. Evidentemente, no hemos solucionado el principal desafío de nuestra Iglesia hoy en cuanto a las vocaciones. Lo más importante era reconocer el desafío y buscar la voluntad del Señor para el futuro.

Comparto con ustedes dos ideas que se merecen nuestra atención: «Encuentro que el nacimiento de una vocación es un misterio. Un psicólogo nos dijo que se necesita hoy que los miembros tengan madurez. Que tengan una experiencia de la vida y una apertura a la acción del Espíritu en ellos y en torno a ellos».

Otro pensamiento similar. Un sacerdote me dijo que hoy el mundo es diferente. Le diría a un joven de 18 años que aspira al sacerdocio: «Espera, saca tu diploma universitario, trabaja unos años en tu profesión, gana tu vida, descubre el mundo de hoy y después regresa para hablarme de tu vocación».

Fue una comida para el espíritu.

Elizabeth (Betsy) R.

 

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