Viernes, 23 Octubre 2020 23:37

Reflexión

hilda mathieurClaro que hay muchas razones en esta hora en que nos encontramos para temer, pero Jesús nos enseña hoy que el Amor es lo único capaz de vencer el miedo.

Somos una generación de cubanas y cubanos muy privilegiados. Asistimos a un cambio socio político profundo. Como Iglesia vivimos lo inimaginable, muy cerca de lo que vivieron los primeros cristianos a nivel de catacumbas.

Pudimos dar testimonio desde la experiencia de una vida de fe, en medio de la hostilidad.

Vivimos el "periodo especial" sin perder el entusiasmo y la alegría, época de invento. ¿Recuerdan los jabones hechos en casa y los bistecs de toronjas? Y tantas otras cosas...
.Vivimos la experiencia de la visita de tres Papas.

Un día el padre Miyares, presidente de la Concur, me pidió acompañar a un sacerdote de la CLAR por todo el país. Y con asombro este me dijo ¿cómo puede ser que donde quiera que llegamos todos te conocen? Pues para nosotros esto era muy normal. La Iglesia Cubana, de San Antonio a Maisí era una familia grande.

Vivimos la prohibición del dólar hasta la prisión y también la despenalización hasta el arrebato por hacernos de algunos de ellos. La experiencia de dos monedas en el país. La libreta de la canasta básica y las posteriores famosas Shopping.

Los cambios económicos...de 20 centavos el tramo a $20.El avance tecnológico, con la informática, digitalización etc.…común a la humanidad.

Vimos nacer a los niños que no" paraban la cabeza" y ahora si los dejan salen caminando del cunero.

En fin, estamos terminando con esta dura experiencia a nivel del planeta, del Corona Virus y la celebración en casa de la Semana Santa. ¿Qué más nos falta por vivir? No lo sabemos
pero para una generación está bien. Quiero agradecer al Jesús Sacramentado en el altar de mi corazón, por tantos amigos y amigas con quienes he compartido esta vida y que ha sido una amistad incondicional sometida a la prueba del silencio, de la distancia, de la enfermedad.

Muchos (as) han partido, pero me asiste la certeza de que la fiesta y la alegría del reencuentro se mantienen intactas como en los mejores momentos de esta vida.

Estas palabras han salido de mi corazón, hoy Jueves Santo, y van dirigidas a quienes han sentido esta alianza de amor que ha sido sellada en el gran banquete de la cena del Señor, como una perenne acción de gracias.

No quedan exentos los ( las) que llegaron a la última hora pero encontraron el hilo de la resonancia interior de la amistad que no pasa. Porque si es amistad, es FIEL

Les abrazo
Hilda M.

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