Queridas Voluntarias de Dios:

Reciban un fraternal saludo, el mismo que pido hagan extensivo a todos sus familiares.

En primer lugar, quería agradecer a las Oblatas por la designación como Coordinadora del Equipo Central de Voluntarios de Dios, cargo que he recibido con mucha alegría y humildad, pero sobre todo consciente de la gran responsabilidad que esta designación implica.

Quería compartir con ustedes que esta hermosa labor lo estoy dejando como una flor a los pies de María, para que sea ella quien dirija la continuidad de esta obra iniciada por el Padre Parent, nuestras queridas Oblatas, por la señora France Robitaille y por el compromiso de cada uno de ustedes.

Quisiera también, convocarlas para seguir esforzándonos por vivir el evangelio y las 5 actitudes de vida que es un camino seguro para alcanzar la felicidad, y en este esfuerzo diario, también invitarlas a participar en las actividades propuestas por el equipo central de Voluntarios de Dios para poder seguir profundizando nuestra fe y reflexiones en torno a la espiritualidad de las Oblatas y ahora de este grupo asociado.

Finalmente, quiero terminar recordando las hermosas palabras de nuestro amado Jesús, quien afirma que somos “la sal de la tierra y la luz del mundo”, no parecemos sino somos esa sazón que el mundo requiere para saber mejor. Vivamos con alegría esta misión que Cristo ha puesto en cada uno de nuestros corazones para seguirlo con amor y entrega incondicional como nuestra madre María.

Que el Señor Jesús, nos haga llegar grandemente sus bendiciones a cada uno de nosotros.

Lima, 23 de agosto del 2021

Esther Acuña Rios