Estamos a fines de enero y el año 2021 ya está en marcha. Nadie podía predecir que habría un toque de queda y un confinamiento que respetar en este principio del año nuevo.
Solidarias con todos aquellos que tienen que vivir estas situaciones, les presento algunas reflexiones de las compañeras: «La pandemia cambia mis costumbres de vida… No hay voluntariado, ni cursos, ni encuentros sociales… ¡pero los ojos tienen tiempo para ver los gestos de gran bondad…!»
«Al principio de la pandemia, la soledad era pesada, causada por la inseguridad. Pero después de una mudanza a una nueva residencia, me sentía tan bien y segura en mi casa. ¡Bendice al Señor, oh alma mía, no olvides ninguno de sus favores!”
«Una parte más profunda de mi ser, un lugar más grande que yo, el Señor me llevaba gradualmente en la confianza en este sentido de que tenga o no la enfermedad, Él se quedaría conmigo. Y cuando veo cómo Él nos cuida a través todos estos especialistas que buscan una vacuna… A pesar de mis altibajos en este tiempo molesto, vivo al día».
Vivir al día
Vive el día de hoy , Dios te lo da, es tuyo. Vívelo en ÉL.
El día de mañana pertenece a Dios. No te pertenece.
No dejes para mañana la preocupación de hoy. Mañana pertenece
a Dios. El momento presente es una pasarela frágil.
Si la cargas de las añoranzas de ayer y de la inquietud de mañana, la
pasarela cede y pierdes pie.
¿El pasado? Dios lo perdona. ¿El futuro? Dios lo da. Vive el día de hoy en
comunión con ÉL.
Sor O. Prévost
Adriana D.
Responsable de la región América Norte Oeste
