Un afectuoso y fraternal saludo de las Oblatas Misioneras de María Inmaculada de la Región de América Latina y el Caribe a todas la Oblatas de nuestro querido Instituto. Sentimos alegría de compartir brevemente con ustedes, y, en términos muy generales, nuestra vivencia en este tiempo de pandemia que ha forjado muchas heridas. Nuestras sociedades han atravesado una situación de angustia, tristeza, demasiado dolor, muerte, miedo. Han sido seis meses de confinamiento con cuarentena estricta. Estamos pasando recién a un leve desconfinamiento en un contexto de incertidumbre porque se mantiene aún un alto índice de contagios y un número considerable de fallecidos. En nuestra Región, las situaciones son similares. Nuestros países en vía de desarrollo, hoy día son más pobres. Seguimos viviendo en la fragilidad y vulnerabilidad que ha acentuado el Coronavirus.

Nosotras las Oblatas, nos hemos dejado inspirar por la Palabra de Dios para tornarnos siempre más fieles a la Voluntad del Señor en el Momento Presente. Este tiempo ha favorecido el silencio, la reflexión y la oración. Hemos sido movidas hacia un reencuentro con Dios, con nosotras y nuestros hermanos a través de gestos de solidaridad, animando a la esperanza y la confianza en el Señor Jesús y el amor de la Madre de todos, la Virgen María. Hemos reconocido este tiempo de pandemia como una valiosa oportunidad de crecimiento y desde nuestro Carisma y rica Espiritualidad hemos vivido las cuarentenas; saliendo al encuentro de los hermanos desesperanzados con un mensaje de esperanza, de amor y de paz como instrumentos de escucha, de acogida con ellos.

En medio de esta pandemia y prolongadas cuarentenas, las Oblatas de América Latina y el Caribe, nos hemos visto privadas de encuentros presenciales. Por esta razón nuestras comunicaciones han sido vía WhatsApp, correo electrónico y teléfono. Llegado el mes de Agosto ardían nuestros corazones en el deseo de renovar los Votos. ¿Cómo lo haríamos? La mayoría renovamos en nuestros ambientes con testigo delegado por no existir la posibilidad de una Oblata presente. Sentíamos que de una manera especial estábamos viviendo claramente el Momento Presente según la Voluntad de Dios y experimentamos con profundo gozo el valor de nuestra Consagración.
Carmen M. de República Dominicana hizo sus Primeros Votos en su pueblo.
Las Oblatas de Haití, hicieron su Renovación de Votos por equipos al concluir un retiro de tres días. América González de Chile, hizo su Renovación de Votos con la celebración de la Eucaristía en su casa presidida por un sacerdote amigo.
Patricia C. de Chile, renovó sus Votos en el Altar Mayor del Santuario de la Virgen del Carmen con misa celebrada por dos sacerdotes que le hicieron ese maravilloso regalo.
Cochabamba, renovará sus Votos en el mes de Septiembre.
Así hemos vivido y seguimos viviendo el Momento Presente.

Con cariño.
El consejo regional América Latina y el Caribe.